Como en otros sectores, las aseguradoras también han tenido que migrar hacia un camino meramente digital, así como adoptar tecnologías que permitan validar la identidad de los clientes de manera segura y eficaz.
De acuerdo con datos de PwC, el 47% de las empresas alrededor del mundo han sufrido por lo menos un robo de identidad en el último año, lo que representa un enorme problema ante la constante amenaza de una probable suplantación ilegal de identidad.
Al contrario de las creencias, esta clase de situaciones no solo se dan en organizaciones bancarias, también en las aseguradoras. De hecho, ante este crecimiento, el sector se vuelve uno de los más expuestos, no exclusivamente por parte del usuario final, también de los mismos asesores.