El compliance es conocido por su esquema regulativo en la gestión interna y externa de las empresas. Su funcionamiento está orientado a determinar el cumplimiento de normativas legales y fiscales hasta los procesos administrativos. Es decir, garantiza de manera legítima cada procedimiento con el objetivo de detectar, prevenir y reportar riesgos empresariales.
El compliance no solo protege legalmente a las empresas, sino que también encuentra oportunidades de crecimiento y desarrollo a largo plazo. Hoy en día, es de suma importancia para mejorar la gestión de riesgos de cualquier sector.
El incumplimiento de una normatividad, puede suponer una pérdida de ingresos y reputación para la empresa. Además de las sanciones regulatorias o exclusión de licitaciones, entre otros.
Aunque no es obligatorio contar con un compliance, cada vez más es recomendable aplicarlo por sus grandes beneficios legales y ayuda a una Transformación Digital exitosa.